El Metaverso es un concepto que hace referencia a un universo paralelo al mundo físico, que está formado por mundos virtuales interconectados y en el que algunos prevén que los humanos podremos vivir una suerte de existencia alternativa. El término fue acuñado originalmente por Neal Stephenson, quien se imaginó el futuro de internet como una red de mundos en 3D interconectados en su novela “Snow Crash” (1992). En su relato, las personas podían crearse avatares con los que interactuar entre sí en un espacio virtual
El concepto, por tanto, se remonta prácticamente a los orígenes de internet. Hay muchas aproximaciones y definiciones, que han ido variando a lo largo de los años. Al día de hoy, la idea más generalizada del metaverso contempla tres factores.
- Un universo digital y accesible online normalmente desde un dispositivo.
- Es “contribuible” por los usuarios, es decir, las personas que acceden a ese mundo lo pueden construir y crear, a diferencia de un juego tradicional donde todo está predefinido
- Se producen intercambios sociales, en términos de personas desconocidas que son capaces de interactuar bien a través de identidades ficticias o reales; y monetarios, vinculado al intercambio de servicios digitales.
Esta idea ha recobrado fuerza en los últimos días, después de las declaraciones realizadas por Mark Zuckerberg. El líder de Facebook aseguró que entre los objetivos futuros de la empresa, se encontraba la ambición de convertir a Facebook en “una empresa de metaverso”, con una visión que va mucho más allá de las aplicaciones sociales conectadas.
Lo cierto es que Facebook no es la primera compañía en interesarse por vincular su modelo de negocio a este concepto. Las firmas vinculadas al terreno de los videojuegos y el entretenimiento son las que más están apostando por su desarrollo. Según un informe de Bloomberg Intelligence, el valor del metaverso se sitúa ya en 500.000 millones de dólares y podría alcanzar los 2,5 billones para 2030.
¿Esto convierte al metaverso en el sucesor de Internet?
El metaverso apunta a convertirse en uno de los grandes terrenos a explorar por las compañías y en uno de los puntos claves para el desarrollo tecnológico futuro. Al igual que Facebook y otras firmas, se ve en estos universos paralelos la siguiente gran disrupción de la innovación. Ahora se considera al Metaverso como un sucesor del Internet actual, que será interoperable, persistente, sincrónico, abierto a un número ilimitado de participantes, con una economía en pleno funcionamiento y una experiencia que abarca el mundo virtual y el real.
Muchos especialistas consideran que el Metaverso revolucionará casi todas las industrias y funciones. Desde la atención médica hasta pagos, productos de consumo, entretenimiento, trabajo por horas e incluso trabajo sexual. Además, se crearán industrias, mercados y recursos completamente nuevos para posibilitar este futuro, al igual que nuevos tipos de habilidades, profesiones y certificaciones.
Otros, en cambio, no consideran que el metaverso tenga tal capacidad de disrupción en la sociedad o la economía, ni que pueda llegar a tomar el relevo de internet, precisamente porque su base se construye sobre la red. Los metaversos existen en internet. Es el sitio que aloja y hospeda estos universos. Es cierto que cuanto mayor sea la experiencia más fácil será que aumente su popularidad, sin embargo, el principal reto para este tipo de entornos, es llevar la realidad virtual y masificar el acceso.
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