La importancia de las tiendas físicas; más allá del ecommerce

Entre el auge de la transformación digital que trajo la pandemia y las consecuencias del confinamiento, las previsiones sobre el futuro de las tiendas físicas no parecían alentadoras. Este escenario parecía moverse entre 2 extremos: o se digitalizaban o desaparecían.

Sin embargo, según un estudio reciente, al 70% de los consumidores latinoamericanos no les importa dónde compran (online u offline), mientras puedan obtener el producto que desean. De hecho, el 78% disfruta de comprar tanto online como en tiendas físicas. Por otro lado, se espera que para el 2025 el ecommerce crezca un 96% en la región y representará casi la mitad (43%) del crecimiento total de las ventas en retail de la región. Sin embargo, estas predicciones no significan para nada la extinción de las tiendas físicas. Es más, los puntos de venta físicos seguirán representando el 57% del crecimiento y el 82% de las ventas totales hacia 2025. Las tiendas no desaparecerán, sino que se transformarán. Y frente a este panorama, el futuro de las tiendas online se vincula directamente con la omnicanalidad.

Las empresas que son capaces de brindar tanto servicios en línea como interacciones físicas se ubican en la cima de la competencia. La clave está en dejar de pensar en el ecommerce como una plataforma separada de las tiendas físicas. Por el contrario, es necesario comprender que el mejor canal es el que funciona para el consumidor y el que mejor satisface sus necesidades. El éxito reside en el tipo de experiencia que se ofrece a través de los distintos canales que forman parte del comercio.


De este modo, las tiendas físicas seguirán ocupando un lugar importante en el Shopper Journey, pero las marcas deberán transformarlas en centros de experiencia que no solo sirvan como un punto de compra, sino también como un punto de servicio al cliente y de prueba de productos como parte de una estrategia omnicanal. Invertir en tecnologías será fundamental para ofrecer una experiencia de compra superadora, en la que el cliente sienta que tiene el poder de elegir.

Estas estrategias de omnicanalidad, presentan algunas barreras para su desarrollo en LATAM:

  1. Altos costos de implementación.
  2. Una compleja integración con otros canales.
  3. Bajos márgenes de ganancias a corto plazo.
  4. Los gerentes y ejecutivos tradicionales aún consideran innecesarias estas estrategias.

Sin embargo, las proyecciones indican que hacia 2025, los retailers que sigan estrategias de omnicanalidad crecerán más que aquellos que se enfoquen exclusivamente en experiencias online o en experiencias presenciales. Estos números se reflejarán con mayor fuerza en México, donde la omnicanalidad aumentará un 165% y representará un 87% de las ventas totales.

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