Mientras que a los consumidores les preocupa cada vez más compartir información personal y el uso que se le da a dicha información, las empresas piensan en cómo afrontar los cambios en la privacidad y, a la vez, satisfacer las necesidades de sus clientes.
Según un estudio de Boston Consulting Group, los clientes y anunciantes están dando más importancia que nunca a la privacidad online. Aunque pensemos que es complicado encontrar el equilibro entre estas 2 partes, en realidad ambas buscan experiencias más relevantes sin tener que sacrificar la privacidad. Dado que anunciantes y clientes quieren lo mismo, invertir en privacidad hoy significa prepararse para el futuro.
Los consumidores tienen expectativas cada vez más altas cuando se trata de publicidad digital. El 65% de los encuestados tienen experiencias negativas cuando los anuncios no son relevantes y el 74% solo quieren ver anuncios relevantes. Aun así, les preocupa cómo se usa su información:
- ¿Qué información es recabada?
- ¿Cómo se recaba?
- ¿Por qué es recabada?
Cuando tienen que compartir información, suelen estar más dispuestos a hacerlo cuando no ven que esta sea invasiva o identificable, tal como género, código postal, edad, intereses, y compras anteriores.
Aunque 1 de cada 3 clientes está dispuesto a compartir su correo electrónico sin recibir ningún incentivo, lo cierto es que ofrecer el incentivo adecuado multiplica por tres esa disposición: el 90 % de los clientes darían su dirección de correo electrónico en ese caso.
Cuando los consumidores confían en una marca, se duplica la probabilidad de que compartan su información personal. Del mismo modo, si perciben que una marca no es respetuosa con los datos, la probabilidad de que los clientes no compartan sus datos también se multiplica por 2. Esto es muy importante cuando una marca quiere atraer a nuevos clientes, ya que el 29 % de los consumidores parten de la desconfianza hacia todas las empresas de cualquier sector, con respecto a la protección de su información personal y a la privacidad online.
Aunque el 60% de los clientes creen que las empresas venden sus datos, en realidad, muy pocas lo hacen. Las marcas son conscientes del valor que tienen los datos y la confianza que depositan sus clientes en ellos. También saben que las estrategias de marketing basadas en first party data y centradas en los clientes les permiten obtener mejores resultados de cara a sus objetivos de negocio.
Los buenos anunciantes consiguen que la privacidad sea algo beneficioso tanto para ellos como para los clientes ofreciéndoles experiencias relevantes y transparencia. En concreto, se centran en 3 factores clave.
- Fomentar la confianza dando prioridad a la transparencia: Los anunciantes exitosos son claros en cuanto al uso de la información de los clientes y les ofrecen ventajas directas para fomentar de forma activa su confianza.
- Crear experiencias de calidad a partir de datos propios: Hay que centrarse en acelerar la recogida de datos propios en intercambios de valor personalizados según las motivaciones de los clientes. Esto servirá para crear experiencias de calidad en las que los clientes son conscientes del valor que obtienen a cambio de compartir sus datos tras el incentivo inicial.
- Crear una organización basada en datos que respete la privacidad a todos los niveles: Los buenos anunciantes fomentan la comunicación y defienden la privacidad de los datos, para poder replantear su papel en este espacio.
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